La diástasis es una lesión que se produce cuando los músculos rectos del abdomen se separan, se distiende la línea alba que los une y afecta al tejido conectivo formado por colágeno. Se trata de una lesión de la línea alba que une a nuestros músculos, no de una lesión muscular.
Durante la gestación, cuando dentro del abdomen crece el útero, la línea central del abdomen se extiende permitiendo el crecimiento del bebé y, en algunos casos, superándose el límite de tensión que puede soportar, igual que ocurre con los músculos.
Una diástasis debe ser cuantificada y diagnosticada vía ecografía y con test específicos realizados por fisioterapeutas especialistas en suelo pélvico.
“Nuestra pared abdominal, de la que forman parte los rectos abdominales, oblicuos y transverso, es el núcleo central de nuestro movimiento. Su función es mantenernos erguidos en contra de la gravedad, transmitir fuerza de brazos y piernas, mantenernos estabilizados en el espacio y gestionar las presiones que ocurren dentro del abdomen. Todos los componentes de esta faja abdominal deben funcionar de manera óptima (músculos, tendones, fascia, huesos, nervios, suministro de sangre, piel …) para que pueda realizar bien todas sus funciones. Nuestro Core transfiere la carga creada por el movimiento y proporcionar una base sólida para todos nuestros movimientos”.
“Tener una diástasis significa que ante cualquier movimiento o esfuerzo con el abdomen se produce una fuga de energía en la pared abdominal (ese bulto o abombamiento abdominal). Esto conlleva que la capacidad para soportar la presión, la carga de movimiento y la fuerza no será óptima. Influye de forma directa en todo el contenido visceral y puede dar problemas en el suelo pélvico, zona lumbar y digestiones que está íntimamente relacionado”.